¿Buscaba una zona desértica que se pareciera a Monument Valley? ¿Buscaba una abadía cisterciense? ¿Simplemente quería estar solo? Quién sabe, lo que sí sabemos es que cuando un sol rojo que parecía fundir el horizonte dominaba la parte occidental del cielo, John Ford se encontraba sentado sobre una piedra en mitad del monte, cerca de un pueblo de la provincia de Huesca llamado Sena, fumando, bebiendo y charlando con un pastor de cabras.
Este preguntó en español:
- Buenas tardes. Si se ha perdido yo puedo orientarle.
A lo que Ford respondió:
- I’m sorry. I can’t understand.
El resto de la escena se produjo en inglés:
- No hay problema, yo a usted le entiendo perfectamente. De hecho, nací en Milwaukee hace casi cincuenta años.